No se trata de otro drama lacrimógeno que aprovecha el tirón de la típica historia de amor para tenerte pegado a la butaca sin pestañear; es una historia compleja, con multitud de aristas y diferentes puntos de vista que siempre acaba por sorprender, por muchas veces que la hayas visto.
Se trata de la historia de amor entre Yuri y Lara, dos personas que ven cómo sus vidas están irremediablemente unidas por el destino; primero la I Guerra Mundial y después la Revolución Rusa, pondrán a prueba sus sentimientos, al tiempo que viven una vida paralela, una imitación a la vida, si se me permite la licencia cinematográfica.
A un argumento de 10 hay que añadir una fotografía y un montaje espectaculares... la película está llena de detalles que hacen de ella una obra maestra. Una de esas perlas es la escena en la que Yuri (Omar Sharif) y Tonya (Geraldine Chaplin) vuelven a casa en trineo y observan desde la calle cómo una débil vela va deshaciendo poco a poco el hielo de una ventana, que resulta ser la de Lara (Julie Christie) y Pasha (Tom Courtenay) al tiempo que éste descubre el terrible secreto de Lara.
Otra de las joyas de esta producción es la música; en mi opinión, se trata de una de las mejores bandas sonoras de todos los tiempos. La música acompaña perfectamente a la imagen hasta el punto de creer que la primavera siempre llega acompañada de esas notas... es verdaderamente conmovedor lo que una banda sonora puede hacer por una película.
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